Willian Pacho, defensa central del Paris Saint-Germain, ha quedado oficialmente fuera del Mundial de Clubes 2025 tras recibir una sanción de dos partidos impuesta por el Comité Disciplinario de la FIFA. Esta medida se derivó de la tarjeta roja directa que recibió en el partido de cuartos de final contra el Bayern Múnich, tras una entrada considerada imprudente y peligrosa sobre el mediocampista Leon Goretzka al minuto 82. La FIFA, tras analizar la jugada, decidió que la infracción merecía una sanción más severa que la mínima, extendiendo la suspensión automática a dos encuentros sin posibilidad de apelación.
Esta sanción implica que Pacho no podrá participar en la semifinal contra el Real Madrid, programada para el 9 de julio, ni en una eventual final si el PSG logra avanzar. La ausencia del defensor ecuatoriano representa un duro golpe para el equipo y para el técnico Luis Enrique, quien había depositado plena confianza en Pacho como uno de los pilares defensivos a lo largo de la temporada y en la reciente conquista de la Champions League, donde el zaguero fue titular indiscutible en todas las rondas de eliminación directa.
Luis Enrique reconoció la justicia de la expulsión en rueda de prensa, evitando polémicas con el arbitraje y subrayando que, aunque el PSG no es un equipo violento, el fútbol a veces lleva a los jugadores al límite. Afirmó que la entrada fue fuerte y que el reglamento se aplicó correctamente, lamentando la baja de un jugador fundamental pero confiando en las alternativas disponibles para cubrir su ausencia.
Con Pacho fuera, el PSG deberá reestructurar su defensa para enfrentar a un rival de la talla del Real Madrid. La opción más probable para ocupar su lugar es el brasileño Beraldo, quien ha mostrado buen rendimiento cuando ha sido titular. La baja del ecuatoriano no solo afecta la solidez defensiva, sino también el liderazgo y la experiencia que aporta en partidos de alta exigencia.
El castigo a Pacho se fundamenta en los artículos del reglamento de competiciones de la FIFA que permiten ampliar las sanciones por conductas antideportivas graves, incluso cuando no hay intención maliciosa, sino imprudencia y riesgo para la integridad física del adversario. Esta interpretación rigurosa de la normativa refleja la postura de la FIFA para preservar la seguridad de los jugadores en torneos internacionales de alto nivel.
Pacho, en su primer año con el PSG, había disputado más de 50 partidos oficiales, consolidándose como una pieza clave en la defensa del club. Su rendimiento destacado en la Ligue 1 y en la Champions League lo habían posicionado como uno de los defensores jóvenes más prometedores del fútbol europeo, con una combinación de fuerza, anticipación y disciplina táctica.
La expulsión y la consecuente sanción no solo afectan el presente inmediato del PSG en el Mundial de Clubes, sino que también representan un golpe emocional para Pacho, quien había mostrado un compromiso total con el club y la selección nacional. Su ausencia en el tramo final del torneo será sentida por sus compañeros y por la afición que confiaba en verlo brillar en la lucha por el título mundial.
El PSG, que había conseguido una victoria importante ante el Bayern Múnich sin Pacho en la recta final, ahora enfrenta un desafío aún mayor. La defensa deberá mantener la concentración y el nivel competitivo sin uno de sus baluartes, mientras el técnico Luis Enrique busca la fórmula para compensar esta baja sensible en un torneo donde cada detalle cuenta
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